La regla de Steve Jobs para las reuniones: nunca más de cinco personas


Steve Jobs, cofundador de Apple y figura clave de la revolución tecnológica, tenía ideas muy claras sobre cómo debía funcionar una empresa creativa. Uno de sus principios menos conocidos era su firme creencia en reuniones reducidas. Para él, más de cinco personas en una sala era garantía de pérdida de tiempo y de disolución de objetivos a conseguir. No era una cuestión de capricho, creía que la creatividad florece cuando se reduce el ruido y se eliminan las voces innecesarias.
La regla de Steve Jobs en las reuniones de Apple
Esta filosofía se reflejaba en el día a día de Apple. Jobs consideraba que cada reunión debía tener solo a quienes fueran imprescindibles, y que si alguien no tenía nada que aportar, debía levantarse y marcharse. De hecho, una de sus anécdotas más recordadas es cuando interrumpió una reunión y pidió a una empleada que se marchara porque no tenía nada que hacer allí. «No estás contribuyendo. Vuelve cuando tengas algo que aportar», le dijo. Es obvio que la sensibilidad no era de sus puntos fuertes, pero el objetivo de este tipo de respuesta era claro, proteger el tiempo y la atención de los equipos.
Más allá de su carácter perfeccionista, Jobs entendía que las reuniones largas y numerosas matan la productividad. De ahí que buscara reducirlas al mínimo, favorecer las decisiones rápidas y dejar espacio a lo que más le importaba, la innovación para estar un paso por delante de posibles competidores. En Apple, muchas ideas surgieron en pequeños grupos o incluso en conversaciones informales, algo que él mismo promovía paseando con empleados por los jardines de la empresa.
Hoy, muchas startups y grandes empresas tecnológicas han adoptado esa misma regla, inspiradas por el modelo de Jobs. Y aunque pueda parecer una medida extrema, tiene una lógica clara. En un entorno donde la atención es uno de los recursos más valiosos, reducir la complejidad de las reuniones es algo que marca una gran diferencia. Steve Jobs no solo hizo historia al estar involucrado en el desarrollo de productos como el iPhone, el iPod o el Mac. Gracias a este tipo de estrategias, que siguen vigente durante muchos años, cambió la filosofía de la compañía que fundó en 1976.
Por otro lado, esta política encaja con la tendencia actual hacia metodologías más ágiles, donde se valoran los equipos pequeños, las reuniones breves y el trabajo autónomo. La regla de las cinco personas no es solo una curiosidad del pasado, es una lección vigente en un mundo donde cada minuto cuenta.
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